La velada era amena gracias al carisma de Elon Musk que convivía a placer con los demás invitados, todos emprendedores de alto nivel.
Se platicaba de todo hasta que alguien le soltó la inevitable pregunta, esa que todos nos hacemos sobre Elon Musk: “Elon, ¿cómo le haces para resolver tantos problemas y desafíos enormes que enfrentas en tus diferentes y tantos proyectos?”.
La atención y el silencio de todos anticipaban una respuesta utópica que seguramente incluiría viajes al espacio y alguna receta para sanar nuestro planeta con energías sustentables. Acostumbrados a los relatos motivacionales que muchos empresarios derrochan en cualquier oportunidad, los presentes se vieron sorprendidos con la corta respuesta de Elon Musk que llevaba explícita su pasión por la física y las matemáticas:
“Fácil. Cada persona en tu equipo es un vector. Y tu progreso está determinado por la suma de todos los vectores”.
That’s it.
Esa fue toda su respuesta, un tanto engañosa por su aparente sencillez. Pero para entenderla debemos regresar a esas clases de física que muchos pasamos por alto.
Lo primero es recordar que un vector es una cantidad que tiene magnitud y dirección; una especie de flecha con ubicación, dirección y tamaño.
Es decir, siguiendo la analogía de Elon Musk, los integrantes de nuestros equipos tienen un grado de impacto específico y una dirección hacia la cual dirigen sus esfuerzos.
De tal forma que si Juan camina 4 pasos hacia delante y Andrea también camina 9 pasos en la misma dirección, nuestro equipo habrá avanzado en total 13 pasos.
Hasta ahí vamos bien.
El reto es cuando Andrea camina 4 pasos hacia atrás, entonces no habremos avanzado porque sus pasos anulan los de Juan.
O peor aún, si Andrea camina 12 pasos hacia atrás entonces retrocederemos 8 pasos en total.
¡Tan lógico!
Lo que Elon Musk estaba tratando de decir es que para poder llegar a nuestras metas, cada integrante de nuestro equipo debe avanzar hacia la misma dirección y con el mayor empuje posible.
Esta breve enseñanza de Musk debería detonar en nosotros un ejercicio de introspección para evaluar si nuestros equipos están alineados uno a uno hacia nuestro propósito, ya que solo así lograremos nuestro máximo potencial.