Los medios solo hablaban de la marca de mis zapatos y del color de mis bolsas.
¿Por qué no contaban otras cosas más relevantes? ¿Qué no era suficiente con todo lo que Barack y yo estábamos haciendo?
Hasta que un día llegaron al límite: más de 100 artículos describiendo cada detalle de mi outfit, de la forma de mi caminar, el brillo de mis aretes y la calidad de mi peinado. De mi trabajo solo un par de escuetas menciones.
Increíble.
Y es que, la calidad de nuestras conversaciones habla del nivel de nuestras búsquedas. El liderazgo también se trata de elevar la conversación para crecer así las búsquedas, personales y colectivas.
Barack no sospechaba que a partir de entonces me iba a involucrar en más actividades de lleno, a ensuciarme las manos mientras vestía marcas mucho menos costosas. A punta de trabajo arduo y cotidiano fui encausando las pláticas para generar mas consciencia de lo mucho que nos falta como sociedad y lo mucho que podemos lograr como individuos.
Luché por temas como la obesidad infantil, el cuidado de familias de militares, la promoción de arte y cultura, y claro, por la mujer.
Hoy mientras escribo esto, abro google y escribo “Michelle Obama”.
Sonrío de satisfacción al ver las temáticas, ya se habla menos de mis zapatos, logré elevar la conversación a punta de trabajo y resultados.
¿Lo harás tú?