«Si no te gusta el libro que estás leyendo, déjalo, nadie te está obligando a terminarlo; es mejor ir a buscar algo que de verdad te guste», fue el primer consejo que nos dio la maestra Milena Scarazzato en un taller sobre lectura. Habrá sido en el 2004.
Yo estaba estudiando y trabajando en Villa Aurora, una escuela de Florencia donde Milena brillaba en sus clases de historia, arte y cultura. Quienes pasamos por sus aulas estamos todos de acuerdo que es la mejor maestra que hemos tenido en la vida, tanto por su conocimiento como por su calidez de mentora y amiga; basta ver su muro de Facebook para darse cuenta lo que le escribimos todos sus exalumnos.
El caso es que esa vez nos dio una clase especial para detonar en nosotros el gusto por la lectura y no es casualidad que haya empezado con ese consejo y que desde entonces no he dejado de leer a buen ritmo.
¿Por qué lo mencionó?
Te cuento un poco de contexto.
En Florencia, una ciudad espectacular conocida por ser como un museo al aire libre, cuna del Renacimiento y del síndrome de Stendhal, encuentras demasiadas obras e historias de arte, desde pintura, a arquitectura y escultura; en Firenze se desparrama la historia, hay de todo y para todos. Por eso es tan importante conocer qué es lo que te va a gustar más para concentrarte sobre eso. Me pasó a mí, que al juntarse este contexto con el boom del Código Da Vinci, me detonó el gusto por la lectura y la historia del arte (en este post te cuento más).
Entendí entonces a lo que se refería Milena: hay tanto arte por disfrutar, tantos libros por leer, que de uno es la tarea de encontrar esa alma gemela en forma de libro, de pintura, de canción o de la expresión artística que sea el caso.
Hay de todo y para todos.
Que cada uno encuentre su lectura predilecta.
La poesía es el encuentro del lector con el libro, el descubrimiento del libro.
– Borges
A partir de ahí he ido puliendo la forma en que detono mi hábito de la buena lectura, la cual resumo en este videito.
Sí, como ves, a la hora de tener 3 lecturas simultáneas, avanzas mucho y te mantienes con buena satisfacción basada en la lectura de placer, que vendría a ser el pilar de esta fórmula, ya que es la que te mantiene emocionado.
Ojo, no es que las otras no deban ser placenteras. Esas otras dos, aunque a veces son medio tediosas, las aguantas con el placer de la primera lectura.
Leer es como hacer ejercicio, necesita de un constante entrenamiento para mejorar.
Una vez que agarras ritmo, puedes fortalecer el hábito de la lectura con otros conceptos que aquí te comparto.
Esto es clave: así como hay alimentos que no son para nada benéficos, hay lectura que no construye en nada.
La buena lectura, como ya vimos, es fundamental para nuestro crecimiento; a quien lee se le nota a leguas, sea del tema que sea.
Si llegaste hasta aquí, espero saber ahora tus recomendaciones.